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** El aumento en la tortilla una manipulación del gobierno para favorecer a grandes empresarios.
** Irresponsable actitud de las autoridades condena a los trabajadores a mayor pobreza.
El Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), condena enérgicamente la escalada de precios que ha tenido lugar en los días recientes en México y llama a los trabajadores y sus organizaciones a unirse en acciones concretas y urgentes para exigir a las autoridades que intervenga inmediatamente y sin simulaciones a fin de detenerla porque significa un duro golpe a la ya de por si precaria economía de las clases populares.
El incremento en el precio de la tortilla es una manipulación del gobierno neoliberal de Felipe Calderón que favorece únicamente a los grandes productores, importadores y comercializadores de maíz, así como a los industriales de la tortilla y a las cadenas trasnacionales de supermercados, en detrimento de los ingresos y la capacidad de alimentación de los trabajadores.
El gobierno federal ha argumentado, de manera irresponsable, que la escalada es consecuencia de una oferta escasa de maíz y permite una mayor entrada de maíz subsidiado de Estados Unidos, país al que se compra 90 por ciento del total de importaciones de grano.
Esto, además de crear alzas ficticias e injustificadas condena a la quiebra y la miseria a los campesinos mexicanos, que de por sí no tienen forma de hacer producir la tierra por la falta de tierras, insumos y formas efectivas y justas de comercialización. El proceso de cultivo y venta ha sido monopolizado por consorcios como Grupo Maseca y Agroinsa que controlan tres cuartas partes del mercado nacional.
Según el cronograma del Tratado de Libre Comercio, el 1 de enero de 2008 se abrirán totalmente las fronteras nacionales a las mercancías agropecuarias extranjeras, que ya no pagarán aranceles compensatorios. En los hechos, el alza del precio de la tortilla adelanta esa apertura y los pequeños productores mexicanos quedan a merced de los intereses de las empresas trasnacionales y de los grupos monopólicos internos a los que ya autorizó nuevos “cupos” (cantidades) de compra en el exterior.
Es falso el desabasto de maíz con el que se quiere justificar el aumento a la tortilla. De acuerdo con datos proporcionados por productores organizados, en el país se producen 20 millones de toneladas de maíz blanco (de mayor calidad que el amarillo) y sólo se consumen 13.5 millones de toneladas, lo que significa un superávit de 6.5 millones de toneladas que pueden suplir la falta de 5.1 millones de toneladas de maíz amarillo.
Esa problemática, por otro lado, no ocurriría si se impulsaran políticas públicas de apoyo al agro mexicano.
Es evidente que a las autoridades del país lo que menos les importa es la condición de vida de millones de mexicanos que tienen en la tortilla su base de alimentación, tampoco tienen entre sus prioridades la situación en que sobreviven las clases pobres y los trabajadores, porque mientras se ahorcan los salarios mínimos con aumentos de apenas 3.9 por ciento, la tortilla ha incrementado tres veces su precio. Esto, además de los aumentos en el huevo y otros productos agrícolas de gran consumo popular.
Frente a este panorama de empobrecimiento para los trabajadores, el gobierno mexicano ha respondido con afirmaciones que parecen una burla a la ciudadanía, como la desafortunada declaración del secretario de Economía, Eduardo Sojo, quien afirmó que el problema es que el maíz se usa en la generación de energía. Con igual sentido de insensibilidad social se condujo Felipe Calderón, quien no asume su responsabilidad de Estado para proteger a la ciudadanía y se lava las manos asegurando que el gobierno federal no está en capacidad de controlar los precios. Queda claro que el gobierno de Calderón defiende los intereses de los poderosos económicos, de los grandes empresarios y las empresas trasnacionales, por lo que es indispensable y urgente
El CILAS hace un llamado urgente a los trabajadores y sus organizaciones sindicales, campesinas, sociales y a los movimientos populares, a la sociedad en general, para iniciar una movilización nacional que detenga este nuevo embate contra el salario de los más pobres.
Sólo con acciones unitarias, concretas y permanentes los trabajadores podrán detener la embestida del neoliberalismo, encabezada en México por el gobierno de Felipe Calderón, que pretende entregar el país a costa de la pobreza de millones de mexicanos.
Fuente: CILAS
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