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Es poco conocido, pero puede llegar a cambiar una vida, limitando al paciente a la oscuridad y al desconcierto. El blefaroespasmo es un padecimiento en el que los ojos se cierran fuertemente durante varios minutos o incluso hasta algunas horas. Esta enfermedad toma su nombre de la palabra griega blefaros que significa "párpado" y de espasmo, que denota una contracción involuntaria de los músculos. El blefaroespasmo es una de las distonías más frecuentes.
Distonía se llama al conjunto de enfermedades neurológicas y sus síntomas consisten en contracciones sostenidas de músculos en una o varias partes del cuerpo. Esto origina contracciones de las partes afectadas. El desorden es secundario a una disfunción del sistema nervioso central. Inicialmente, una distonía sin complicaciones no altera las funciones relacionadas con la conciencia, sensitivas e intelectuales.
El blefaroespasmo puede precipitarse por exposición prolongada a la luz solar, contacto con los párpados o por un fuerte estado de ansiedad. Por lo general se inicia entre los 40 y 60 años de edad. Ocurre con más frecuencia en las mujeres: tres pacientes por cada hombre afectado. Se presenta un caso por cada veinticinco mil habitantes e incluso en la población infantil se puede presentar aunque con menor frecuencia.
Sus síntomas inician cuando el paciente nota parpadeo frecuente, sequedad ocular, vista cansada, molestia a las luces brillantes y dificultad al leer o ver la pantalla del televisor. Las manifestaciones iniciales tienden a empeorar en semanas o meses. Cuando el blefaroespasmo es severo, al paciente se le imposibilita abrir los ojos de forma voluntaria, llegando a presentar una ceguera funcional. Caminar se vuelve problemático, conducir un automóvil se vuelve muy peligroso, y socialmente hablando, se convierte en un factor de aislamiento y de inseguridad.
A veces los espasmos que se inician en los músculos de los párpados pueden extenderse a otros músculos craneales, causando contracciones involuntarias de la mandíbula o la lengua. En este caso recibe el nombre de síndrome de Meige. Para su tratamiento, el médico puede recurrir a los anticolinérgicos, los cuales dan como resultado algunas mejorías relativas, pero otros muchos abandonan el tratamiento debido a los efectos secundarios adversos.
Desde hace 10 años el tratamiento más común y efectivo consistía en inyectar pequeñas cantidades de Neurotoxina botulínica tipo A, pero con el paso del tiempo y uso frecuente, el sistema inmunológico del paciente, generaba anticuerpos hasta y al poco tiempo ya no surtía efecto el producto. El día de hoy existe una nueva Neurotoxina Botulínica en una forma mucho mas pura, libre del complejo proteínico que es el causante de la generación de los anticuerpos:
Xeomeen, sintetizada en Alemania con la mas avanzada tecnología.
Esta nueva neurotoxina disminuye la transmisión de los impulsos eléctricos de las terminaciones nerviosas a los músculos, aliviando así los espasmos eliminando técnicamente la posibilidad de la aparición de los anticuerpos.
En el más dramático de los casos, se puede considerar la cirugía que extirpa parte de los músculos que causan el cierre de los párpados. Así, las terminaciones nerviosas hiperactivas no tienen músculo para estimular. Cuando se elige la terapia adecuada, el paciente con blefaroespasmo puede continuar sin contratiempos con su vida, tanto en el ámbito personal, social, como en el laboral.
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Distonía se llama al conjunto de enfermedades neurológicas y sus síntomas consisten en contracciones sostenidas de músculos en una o varias partes del cuerpo. Esto origina contracciones de las partes afectadas. El desorden es secundario a una disfunción del sistema nervioso central. Inicialmente, una distonía sin complicaciones no altera las funciones relacionadas con la conciencia, sensitivas e intelectuales.
El blefaroespasmo puede precipitarse por exposición prolongada a la luz solar, contacto con los párpados o por un fuerte estado de ansiedad. Por lo general se inicia entre los 40 y 60 años de edad. Ocurre con más frecuencia en las mujeres: tres pacientes por cada hombre afectado. Se presenta un caso por cada veinticinco mil habitantes e incluso en la población infantil se puede presentar aunque con menor frecuencia.
Sus síntomas inician cuando el paciente nota parpadeo frecuente, sequedad ocular, vista cansada, molestia a las luces brillantes y dificultad al leer o ver la pantalla del televisor. Las manifestaciones iniciales tienden a empeorar en semanas o meses. Cuando el blefaroespasmo es severo, al paciente se le imposibilita abrir los ojos de forma voluntaria, llegando a presentar una ceguera funcional. Caminar se vuelve problemático, conducir un automóvil se vuelve muy peligroso, y socialmente hablando, se convierte en un factor de aislamiento y de inseguridad.
A veces los espasmos que se inician en los músculos de los párpados pueden extenderse a otros músculos craneales, causando contracciones involuntarias de la mandíbula o la lengua. En este caso recibe el nombre de síndrome de Meige. Para su tratamiento, el médico puede recurrir a los anticolinérgicos, los cuales dan como resultado algunas mejorías relativas, pero otros muchos abandonan el tratamiento debido a los efectos secundarios adversos.
Desde hace 10 años el tratamiento más común y efectivo consistía en inyectar pequeñas cantidades de Neurotoxina botulínica tipo A, pero con el paso del tiempo y uso frecuente, el sistema inmunológico del paciente, generaba anticuerpos hasta y al poco tiempo ya no surtía efecto el producto. El día de hoy existe una nueva Neurotoxina Botulínica en una forma mucho mas pura, libre del complejo proteínico que es el causante de la generación de los anticuerpos:
Xeomeen, sintetizada en Alemania con la mas avanzada tecnología.
Esta nueva neurotoxina disminuye la transmisión de los impulsos eléctricos de las terminaciones nerviosas a los músculos, aliviando así los espasmos eliminando técnicamente la posibilidad de la aparición de los anticuerpos.
En el más dramático de los casos, se puede considerar la cirugía que extirpa parte de los músculos que causan el cierre de los párpados. Así, las terminaciones nerviosas hiperactivas no tienen músculo para estimular. Cuando se elige la terapia adecuada, el paciente con blefaroespasmo puede continuar sin contratiempos con su vida, tanto en el ámbito personal, social, como en el laboral.
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