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· El raquítico incremento salarial es muestra de una férrea política de contención salarial de Felipe Calderón: Rodolfo Pérez.
· Es una profundización de la estrategia neoliberal de mantener los salarios en los niveles más bajos en beneficio de unos cuantos poderosos, señala el analista.
· Acumula salario mínimo caída mayor a 75 por ciento en 29 años.
El Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS) considera que el aumento al salario mínimo de 3.9 por ciento, (1.89 pesos, es decir, menos de lo que cuesta un boleto del metro o un viaje en microbús), decretado hoy por la comisión tripartita, es totalmente insuficiente y atentatorio contra los derechos de los trabajadores mexicanos porque los condena a permanecer en la miseria, ya que no revierte la caída permanente de su capacidad de compra impidiéndoles acceder a los niveles básicos de sobrevivencia.
Rodolfo Pérez, analista del CILAS, señaló que el raquítico incremento es inferior a la inflación contemplada para el año, con lo cual los trabajadores vuelven a sufrir una merma en sus percepciones reales. “Es una muestra palpable de que la política salarial del gobierno de Felipe Calderón no tiene variaciones respecto al de su antecesor, además de que es una profundización de la estrategia de los gobiernos neoliberales que buscan contener la inflación manteniendo los salarios en los márgenes más bajos posibles”.
El salario mínimo en México acumula una caída mayor a 75 por ciento de 1977 a la fecha y para que recupere el nivel adquisitivo de hace 29 años debería ubicarse por lo menos en 184.86 pesos. “Es innegable, los únicos que salimos perdiendo con la política económica vigente somos los trabajadores”, agregó el representante del CILAS.
“Las estrategias de contención salarial constituyen una política deliberada de saqueo a millones de mexicanos en beneficio de un puñado de millonarios. Representan, también, la ofensiva más brutal de los capitales y sus aliados en el ámbito gubernamental, una prueba de ello es el nombramiento de Javier Lozano como Secretario del Trabajo”.
Esta secretaría, en lugar de ser un elemento de promoción del bienestar de los trabajadores, de sus derechos y su autonomía sindical; y postularse en un elemento de equilibrio entre los factores de la producción, es, apenas, gestora de los intereses patronales para diluir y contener la inconformidad de los trabajadores en asuntos tan sensibles como el monto de los salarios mínimos, denunció Rodolfo Pérez.
Desde luego, continuó el representante del CILAS, la contención salarial no se ha traducido en una menor inflación ni en una reactivación económica ni en la creación de empleos. Por el contrario, ha tenido como consecuencia la agudización exasperante y alarmante de la miseria y de la pobreza, la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, el debilitamiento del mercado interno y el crecimiento desmesurado de la economía informal.
Con o sin trabajo, cincuenta millones de mexicanos se encuentran por debajo del límite de la pobreza: unos 30 millones viven con 30 pesos diarios –dos terceras partes de la remuneración mínima vigente—hay 10 millones que sobreviven con 22 pesos al día y una porción similar de la población subsiste con apenas 12 pesos y 21 centavos al día. Con o sin empleo, a estos millones de mexicanos no se les ofrece más futuro que trabajar en condiciones de sobreexplotación, pedir limosna, sumarse a la delincuencia o migrar al norte.
Rodolfo Pérez expuso que actualmente una canasta básica de 35 componentes, que se distribuyen en 27 alimentos, tres productos para el aseo personal y el hogar, transporte, energía eléctrica y gas domestico cuesta cinco veces el salario mínimo, y hay que tomar en cuenta que en esta comparación quedan excluidos renta de vivienda, educación, salud, vestido, recreación y cultura.
En el supuesto de que pudiera comprarse un sólo producto con el salario mínimo, a principios de los ochenta del siglo pasado con el mínimo se podían pagar 27 kilos de tortillas de maíz, mientras que en 2006 únicamente siete; antes se podían adquirir 53 litros de gas doméstico, ahora 5.6; y de pan blanco eran 293 piezas contra 40 actualmente. Con un incremento salarial tan bajo para 2007, el poder de compra del salario mínimo continuará deteriorándose.
Se puede afirmar, según Rodolfo Pérez, que aunque se anuncie que se ha recuperado el salario mínimo “aunque sea modestamente” como dicen las autoridades de la Secretaría del Trabajo, eso es una mentira. Por el contrario la baja del salario se sigue acumulando y se ha convertido en una deuda histórica con los asalariados de esta país, ahora imaginemos qué pasa con los desempleados que no tienen siquiera un salario seguro y mucho menos las prestaciones básicas que señala la Ley Federal del Trabajo.
Frente a esta situación tan alarmante que padecemos los trabajadores mexicanos, es necesario reconocer que el salario remunerado es un derecho laboral y por ende un derecho social, de vital importancia y es así como debe reconocerse. El derecho social es parte de las reivindicaciones que requiere un ser humano para satisfacer sus necesidades como persona y no solo para él, sino también para su familia.
De ahí que es preciso que las organizaciones sindicales generen un acuerdo para respaldar la demanda por un incremento real al salario y que en torno a esta demanda aglutinemos la reivindicación que debe partir de los sindicatos para ser llevado a los diversos frentes, ya que el reclamo de un salario digno debe ser parte de un programa amplio de demandas sociales donde se incluya: la defensa de la soberanía, de la seguridad social, la democracia y la construcción de un país para todos los mexicanos, concluyó el analista del CILAS.
Fuente: CILAS
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